CONTROLA LOS SENTIDOS Y LOGRA EL DOMINIO DEL SER POR MEDIO DEL KRIYA YOGA

La técnica de Kriya Yoga que enseñó Lahiri Mahasaya (el gurú de mi gurú) es una forma del más elevado pranayama (el arte de desconectar el prana o fuerza vital de los cinco sentidos). La respiración es el cordón que ata la conciencia al cuerpo y a los sentidos. El control de la respiración es una consecuencia del control del corazón y de la fuerza vital. Si uno logra aquietar el corazón a voluntad, aunque sea parcialmente, se halla en condiciones de desconectar la corriente vital de los cinco teléfonos de los sentidos. Mediante el control del corazón (el conmutador que controla los teléfonos de los cinco sentidos), el yogui es capaz de desconectar la mente de las cinco clases de sensaciones. Cuando el corazón está bajo control, es posible, entonces, ejercer control sobre la respiración.

Es un error pensar que retener el aliento en los pulmones -una práctica carente de base científica- conduce al control del corazón. Asimismo, aquellos que intentan gobernar la mente sólo a través de meditaciones mentales comprueban que le lleva mucho tiempo a la mente controlar con eficacia el corazón. La ciencia del yoga -mediante una técnica como Kriya Yoga- es la única que sigue el camino rápido (la vía «aérea») hacia Dios, puesto que aboga por un método psicofísico mediante el cual puede aquietarse el corazón en forma natural, y lograr con ello que la fuerza vital se retire de los sentidos.

A fin de controlar el corazón, es preciso controlar el cuerpo, disminuir el nivel de dióxido de carbono en la sangre por medio de una dieta que no produzca toxinas (que incluya frutas frescas en abundancia) y aprender el arte yóguico de eliminar el carbono de la sangre venosa para que el corazón no necesite bombear sangre no oxigenada a los pulmones para purificarla. A través de una profunda quietud, el corazón se libera del trabajo constante y se encuentra entonces automáticamente disponible para retirar la fuerza vital de los cinco sentidos. De ese modo, ninguna sensación llega al cerebro a importunar la mente.


Paramahansa Yogananda. Libro "El Bhagavad Guita. Vol I.". Pág 357