Cuando todo deseo del corazón palidezca ante el fulgor de las siempre ardientes llamas del amor por Dios, entonces, Él vendrá.
Cuando, a la espera de su llegada, te encuentres siempre preparado para quemar en la fogata de la vida todos los haces de leña de los deseos -gozosamente y sin miedo ni pesar alguno, a fin de darle cobijo frente a tu gélida indiferencia interior, entonces, Él vendrá.
Cuando ninguna inclinación o ansia insatisfecha pueda estar segura de tu apego a ella; cuando Él posea la certeza de que jamás abandonarás al gurú, entonces, Él vendrá.
Sin importar cómo te sientas -abandonado, desvalido, atormentado por las tentaciones, el karma o las pruebas, si nunca pierdes la esperanza de que Él vendrá, Él vendrá
Cuando la mente te zahiera diciendo: «Nunca podrás tenerle, no lo mereces» y, a pesar de ello, tu alma, haciendo caso omiso, siga cantando interiormente: «El vendrá», Él vendrá.
Cuando Él esté seguro de que ninguna otra cosa podrá ya reclamar tu atención, entonces, Él vendrá.
Incluso si eres el mayor de los pecadores y, a pesar de ello, nunca dejas de llamarle intensamente en el santuario del amor incesante, entonces, Él vendrá.
Paramahansa Yogananda. Libro "Cantos del alma". Pág 6