BABAJI, EL YOGUI-CRISTO DE LA INDIA MODERNA

Los desfiladeros en el norte del Himalaya, cerca de Badrinarayan, son todavía bendecidos por la presencia viviente de Babaji, el gurú de Lahiri Mahasaya. El oculto maestro ha retenido su forma física durante siglos, quizá por milenios. El inmortal Babaji es un avatar. Este término de origen sánscrito significa «des- cender»: sus raíces son ava, bajo, abajo, y tri, pasar. En las escrituras hindúes, avatar significa el descenso de la Divinidad al cuerpo físico.

«El estado espiritual de Babaji está más allá de toda comprensión humana -me explicó Sri Yukteswar- La exigua visión del hombre no puede penetrar a través de su estrella trascendental. Uno trata en vano de imaginar siquiera la magnitud espiritual de un avatar, pues es inconcebible»...

… El hecho de que no existan referencias históricas acerca de Babaji no debe sorprendernos. El gran gurú nunca ha aparecido ostensiblemente en ningún siglo; el equívoco brillo de la publicidad no ha tenido lugar alguno en sus planes milenarios. Como el mismo Creador, el único aunque silencioso Poder, Babaji labora en una humilde invisibilidad.

Los grandes profetas, como Cristo y Krishna, vinieron a la Tierra con un propósito específico y espectacular, y se marcharon después de haberlo cumplido. Otros avatares, como Babaji, asumen ciertas misiones relacionadas más bien con el lento progreso evolutivo del hombre a través de los siglos, y no con un determinado hecho histórico sobresaliente. Tales maestros se ocultan siempre de las burdas miradas de la masa, teniendo el poder de hacerse invisibles a voluntad. Por estas razones, y porque generalmente instruyen a sus discípulos para que mantengan silencio respecto a ellos, un cierto número de grandes figuras espirituales permanecen desconocidas para el mundo.


Paramahansa Yogananda – Libro “Autobiografía de un Yogui”. Pág 428