Ninguna sensación ni tormento mental puede afectarte si la mente está disociada del cuerpo y permanece anclada en la paz y el gozo de Dios.
La ecuanimidad mental ante condiciones adversas se denomina titiksha en sánscrito. Yo mismo he practicado esta neutralidad mental. Me he sentado y he meditado toda la noche sumergido en agua helada, en medio de un clima extremadamente frío. De la misma forma, me he sentado desde la mañana hasta el anochecer en las arenas candentes de la India. Adquirí una gran fuerza mental al hacerlo. Cuando hayas practicado esa autodisciplina, tu mente se volverá inmune a cualquier circunstancia perturbadora. Cuando piensas que no puedes hacer algo, es porque tu mente se halla esclavizada. ¡Libérate!
No estoy diciendo que seas imprudente. Trata de superar gradualmente toda molestia. Debes aprender a resistir. Cualesquiera que sean tus problemas, haz el esfuerzo supremo de remediarlos sin preocuparte; y mientras logras resolverlos, practica titiksha. ¿Acaso no es esto sabiduría práctica? Si eres joven y fuerte, puedes practicar métodos más intensos de autodisciplina - como hice yo -, a medida que fortaleces gradualmente la voluntad y la mente.
Si piensas que con la llegada del frío invierno irremediablemente habrás de resfriarte, no estás desarrollando tu poder mental, sino que estás sucumbiendo a una determinada debilidad. Cuando te sientas susceptible de contraer un resfriado, resiste mentalmente: «¡Fuera de aquí! Estoy tomando las precauciones que me dicta el sentido común, pero no dejaré que la preocupación debilite mi mente y permita así la irrupción de la enfermedad». Ésta es la actitud mental apropiada. En tu corazón, haz siempre las cosas lo mejor posible, sinceramente, pero sin ansiedad. La preocupación sólo paraliza tus esfuerzos. Si haces todo lo que esté dentro de tus posibilidades, Dios tenderá su mano para ayudarte.
Paramahansa Yogananda. Libro "Vive sin miedo". Pag 38