POR QUÉ EL AMOR TRIUNFA DONDE LOS CELOS FRACASAN

¿De dónde provienen los celos, la ira, el temor y todos los impulsos negativos, físicos y mentales, que inducen a los seres humanos a hacer el mal? Muchos aseguran que son de origen psicológico. Pero yo afirmo que provienen de la Fuerza Maligna. Existen dos fuerzas en este mundo: el bien y el mal. Dondequiera que haya bien, igualmente existirá el mal. El ser humano, dotado de independencia y libre albedrío, sufre las consecuencias de sus acciones equivocadas, pero no es el creador de las circunstancias que ocasionaron esos errores. Las plantas no cometen actos reprochables y, sin embargo, sucumben a las enfermedades. Los animales, gobernados por el instinto y carentes de la conciencia del mal, también sufren. Al lado del bien se encuentra el mal correspondiente. Dios crea la luz del Sol y la Fuerza Maligna crea tormentas y sequías destructivas. Los hermosos capullos florecen y los insectos los atacan. Dios dice que ames; la Fuerza Maligna dice que seas celoso y te incita a lastimar y debilitar al oponente. No escuches a ese poder oscuro que no es parte de tu ser. Los celos, la ira y el temor son creaciones de la Fuerza Maligna. Cuando Jesús identificó a esta fuerza como un poder consciente, él dijo: "Apártate, Satanás”.

En cualquier momento que hable la voz de los celos, el temor o la ira, recuerda que no es tu voz y ordénale que se retire. Pero no podrás expulsar ese mal, por más que lo intentes, mientras concedas a ese sentimiento negativo un refugio seguro en tu mente. Erradica los celos, el temor y la ira de tu ser, de modo tal que cada vez que un impulso maligno te instigue a odiar y lastimar, una voz más potente que surja de tu interior te exhorte a amar y perdonar. Escucha esa voz. Imagínate si pudiésemos eliminar del mundo el egoísmo, los celos y la ira: entonces no existirían las guerras. Pero esos destructivos malhechores son tenaces y luchan incesantemente contra la bondad para obtener la supremacía. Dios habla de paz, en tanto que la Fuerza Maligna urge a la inquietud y a la discordia. Dios trata de inducirte a emprender acciones de amor; la Fuerza Maligna intenta hacerte pelear. Tú eres un ser libre; puedes elegir lo que te plazca. Cuando te dejas atrapar por los celos, te adhieres al engaño cósmico de Satán. Siempre que te enfadas, es Satán quien te guía. La voz del temor es su voz maligna. Pero toda vez que prodigues amor y perdón, Dios estará a tu lado. Ayúdale a actuar a través de ti, pues Él no puede hacerlo a menos que tú colabores con Él.

Libro “El viaje a la iluminación”. Paramahansa Yogananda. Pág 177