UNIDO AL ESPÍRITU Y RETENIENDO su percepción de la conciencia cósmica
incluso en la esfera de la actividad, el hombre sabio permanece imperturbable
ante los estados opuestos que existen en el mundo del ensueño cósmico.
“Si eres capaz de trascender el cuerpo y percibir tu ser como Espíritu,
estarás eternamente colmado de dicha y libre de toda aflicción.”.
El yogui que persevera logra metamorfosear su ego físico en el alma
verdadera. A medida que avanza en el sendero espiritual, percibe que el alma es
el reflejo del omnipresente Espíritu. Cuando se alcanza este estado de
realización, el alma percibe permanentemente al Ser Supremo o Dios. El sabio
perfeccionado labora en el mundo a través de su ego transformado sin perder
jamás de vista el Divino Rostro que se encuentra tras las máscaras de Jano de
la Naturaleza.
Dios habla con Arjuna. Volumen II, por Paramahansa Yogananda.