San Pablo afirmó: "Muero
diariamente". Con esto quiso decir que dominaba el proceso de
controlar los órganos internos y era capaz así de liberar voluntariamente su
Ser espiritual tanto del cuerpo como de la mente, experiencia ésta que el
hombre corriente, desprovisto del entrenamiento adecuado, conoce solo en el
momento de la muerte.
Ahora bien, a través de un sistema de entrenamiento
práctico y regular en el presente método científico, es posible
experimentar que nuestro Ser está separado del cuerpo, pero sin que se
presente el fenómeno de la muerte.
Puede garantizarse, sin embargo, que la
práctica de éste método traerá consigo el inefable gozo y la plenitud del
estado de Bienaventuranza. Y cuanto más lo practiquemos, más rápidamente
alcanzaremos tal estado. (La ciencia de la religión, por Paramahansa
Yogananda pag 106 107 y 111)