Mientras no sientas en tu conciencia cuan absolutamente esencial te es
encontrar a Dios, jamás le encontraras. No te dejes engañar por la
vida. Cultiva aquellos hábitos que te aportaran la verdadera
felicidad. Adopta una dieta simple, ejercita el cuerpo, y medita
diariamente, no importa cuales sean las circunstancias. Si te es
imposible practicar los ejercicios y meditar en la mañana hazlo en la
noche. Ora cada día: "Señor, así muera o el mundo entero
desaparezca, estoy dispuesto a dedicar cierto tiempo cada día a estar
contigo".